Hace un par de años que conjuntamente con Daniel Sánchez creamos EOS - AF (estudio Orpinell & Sánchez - artesanía fotográfica). Es un proyecto nuevo, pero que tiene muchos años de experiencia. Esta paradoja, la novedad y la experiencia, no es tal, ya que nos vienen de nuestra formación y práctica profesional de ambos. La larga trayectoria como fotógrafos la ponemos ahora al servicio de esta nueva iniciativa, que encaja con nuestra manera de entender la imagen y de cómo procesarla con posterioridad.

Hemos unido la práctica en la fotografía de arquitectura y el trabajo en el mundo de los archivos, que es mi recorrido, con la post producción digital y la fotografía de producto, que es lo que aporta Daniel. Estos bagajes son los que fundamentan EOS - AF. Nos gusta el trabajo meticuloso con la luz, elegir el momento y el lugar idóneo para obtener la mejor fotografía. Delante la escena ya nos imaginamos el posible resultado final, lo que posteriormente acabará siendo una realidad en el lenguaje de la imagen. Cuando hacemos una sesión fotográfica tenemos en cuenta, entre otras cosas, el proceso de transformación que le haremos en el estudio, esto implica que a veces tengamos que hacer varias tomas con diferentes exposiciones, desplazamientos u otras posibilidades y/u opciones que nos ofrece el mundo digital y que debemos tener presente en aquel instante.

En el nombre del estudio nos hemos añadido "AF" (artesanía fotográfica), ya que refleja perfectamente cómo entendemos el trabajo, tanto en el momento de hacer la fotografía como después en el estudio, en la post producción digital. Cada fotografía es única e irrepetible y su tratamiento también. Cuando es necesario nos adentramos en la unidad digital, el píxel, para obtener las mejoras necesarias y si conviene, el trabajo se hace en zonas o selecciones más amplias para lograr la imagen deseada. La edición digital nos ofrece un amplio abanico de posibilidades, desde quitar elementos, retocarlos, añadirlos y también nos permite modificar los niveles, equilibrar el color, la densidad, el contraste, todo esto lo podemos aplicar a toda la fotografía o parcialmente en una zona determinada de la imagen. Cualquiera de estos cambios no se hace pulsando únicamente una tecla del ordenador, como se pudiera creer, sino que es a través de unos procesos de mezcla de capas, selecciones, canales y pasos y más pasos ... en definitiva, paciencia y conocimiento. Tratamiento digital de una imagen no significa rapidez o soluciones fáciles, sino una nueva herramienta con múltiples posibilidades al servicio de la fotografía. El final de la post producción digital es la imagen deseada, en este camino de transformación o modificación no deberían de notarse los pasos intermedios. Una actuación torpe puede afectar la textura, las dominantes de colores o elementos importantes de un edificio o un documento, etc. Por lo tanto, el tratamiento digital para nosotros se convierte en una acción artesanal, que permite hacer grandes cosas, conservando siempre el concepto fotográfico, que es en definitiva nuestra actividad profesional.

Todas las intervenciones de la edición digital se pueden hacer tanto en archivos digitales obtenidos con cámaras digitales o en archivos igualmente digitales pero provenientes de documentos o reportajes fotográficos antiguos (analógicos) y que con un proceso de digitalización acabarán siendo archivos digitales y es entonces que ya podremos también hacer todas las modificaciones de añadir, quitar, corregir los elementos necesarios.

A veces hay que resolver situaciones añadiendo elementos a la imagen, puesto que en el momento de la sesión fotográfica del edificio este estaba en obras o le faltaban elementos o estaban dañados ... aún así siempre los elementos añadidos son del propio edificio. 

La intención cuando fotografiamos un edificio es que este sea el elemento principal de la imagen, que no haya objetos que nos distraigan. La eliminación de señales de tráfico, papeleras, coches que esconden una parte importante de la obra arquitectónica debe hacerse de forma que se pueda reconstruir fielmente la realidad. 

Es habitual en fotografía de arquitectura mantener las horizontales y verticales de la escena, era una de las razones para el uso de las cámaras técnicas. En la actualidad las cámaras digitales permiten igualmente este respecto a la composición y a las perspectivas. 

Las exposiciones múltiples nos permiten sacar reflejos en cristales o en objetos brillantes, crear ambientes lumínicos en diferentes espacios y también resolver las diferencias de exposiciones entre interiores y exteriores, llegando a obtener una latitud similar a la del ojo humano. Igualmente nos permite crear imágenes panorámicas, tanto horizontales como verticales. 

Las dominantes de color en fotografía son unos de los aspectos más subjetivos de resolver, porque el momento de la fotografía es único, en unas condiciones determinadas y transmitirlas siempre es interpretativo. Un pavimento o una madera reciben las dominantes de la luz del momento de la fotografía, pero transcurridas dos horas ya son otras, plasmar a la imagen final una u otra dominante dependerá mucho del fotógrafo. Cielo más contrastado y con menos saturación. 

Podemos digitalizar en alta calidad todo tipo de documentos antiguos: memorias, planos de diferentes tamaños y soportes (tela, vegetal, papel, contra vegetales, copias al amoníaco ...), fotografías positivas o negativas de todos los tamaños, soportes y técnicas. 

Digitalización de negativos analógicos de fondos antiguos. También se pueden digitalizar transparencias, copias positivas ...